lunes, 17 de enero de 2011

De la Serie Puros Cuentos: Capitulo XVI: "Mon-Tor" ("Ahora la Mente es tuya")

Kultur-Tulum:


NARRATIVA Y CUENTO CORTO:


De la Serie Puros Cuentos: “9, 760 Kilómetros a través de la India”.



Parte XVI: “Mon-tor” (“Ahora la mente es tuya”)


__ Pase adelante, se escuchó decir a Prabhupada, mientras hacía un gesto al hombre de bata blanca que estaba esperando justo en la puerta de esa enigmática máquina con forma tubular.

__ Mucho gusto, dijo de inmediato el Dr. Dalesh, estrechando amablemente la mano del viajero. No tardaremos más de cuatro minutos, todo será muy breve, y no sentirá usted ninguna incomodidad.

__ ¿Debo quitarme la camisa?, preguntó el viajero, mientras observaba hacia el interior de aquel aparato con su interior luminoso.

__ No, no es necesario. Solamente acuéstese en el interior de la máquina con la cabeza hacia el fondo, contestó de inmediato el Dr. Dalesh.

En silencio el viajero siguió las instrucciones y en pocos segundos ya estaba listo en el lugar y la posición indicada por el científico. En seguida el Dr. Dalesh se movió hacia un tablero electrónico que estaba sobre su escritorio, muy cerca del la máquina. Con rapidez y precisión manipuló varias teclas, al mismo tiempo que observaba la pantalla de un monitor que estaba también sobre la misma mesa de trabajo. Prabhupada mientras tanto observaba con atención las diferentes gráficas sombreadas con colores diversos que gradualmente se iban formando en la pantalla del ordenador. Por los contornos de las gráficas de inmediato reconoció que se trataba del interior del cerebro de su amigo.

Transcurrieron unos cuantos minutos, tras los cuales el Dr. Dalesh apagó la tenue luz interior que se encontraba dentro de aquel aparato. Por medio de un discreto micrófono externo que comunicaba al interior, con voz serena le ordenó al viajero que todo había concluido.

__ Observe estas graficas comparativas, se escuchó decir al médico, mientras Prabhupada se inclinaba y enfocaba su mirada hacia el monitor. Pudo constatar entonces que el monitor estaba lleno de numerosos y pequeños recuadros, ordenados en forma vertical, divididos en dos grandes columnas, una derecha y otra izquierda. En el interior de cada uno de los cuadros se veía la silueta de diminutos cráneos sombreados de colores definidos en distintas áreas. En los pequeños cráneos de la columna izquierda prevalecían ciertas sombras de color verde, mientras en los de la columna derecha los de color amarillo.

__ ¿Cómo se interpreta todo esto?, preguntó Prabhupada, al tiempo que hacía un gesto al viajero para que se acercara.

__ Vean ustedes, dijo el médico, mientras discretamente se ajustaba los lentes con el dedo índice. Los cráneos del lado izquierdo corresponden al interior del cerebro de su amigo, y los del lado derecho al de Parvati.

__ ¿Que significan esas áreas sombreadas con amarillo dentro de mi cráneo?, preguntó de inmediato el viajero.

__ Reflejan la parte del llamado cerebro superior, es decir la corteza cerebral. Se corresponde al manto de tejido nervioso que recubre el cerebro, responsable entre otras cosas a las funciones de la percepción, imaginación, el pensamiento, el juicio y la toma de decisiones, explicó el Dr. Dalesh.

__ ¿Y el color amarillo en los cerebros del lado izquierdo?, preguntó de nuevo el viajero.

__ Refleja exactamente la misma área que la suya, dijo el médico, mientras esbozaba una discreta sonrisa, como si estuviese preparando alguna sorpresa para aquel viajero curioso.

__ Pero las áreas amarillas son más extensas y gruesas que las mías, dijo con vos de asombro, mientras miraba con atención al médico, en espera de una rápida respuesta.

Por unos instantes se hizo un breve silencio en aquel laboratorio universitario. Sin decir nada el Dr. Dalesh se levantó lentamente de su escritorio, y se dirigió hacia un pequeño mueble de caoba que estaba a pocos metros de allí, abrió una de las gavetas y de su interior sacó un libro, en cuya portada se veía el rostro amable de un hombre de edad avanzada.

__ Esta es la razón de la diferencia, se escuchó decir al Dr. Dalesh, clavando su mirada en los ojos de aquel hombre, mientras alargaba su brazo para poner el libro en manos del viajero.

__ Parvati y la meditación en los monjes budistas, leyó en voz alta el viajero, observando con atención la portada del libro que tenía en sus manos.


Fin del capítulo XVI.



Sergio Barrios E.

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